Rivalidad y fanatismo

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Cuando era pequeña veía en la tele y escuchaba por la radio a esas personas que se hacían llamar médiums. Siempre tuve un concepto equívoco de lo que era un médium y porque vestían de forma tan peculiar.

Yo tenía claro, que yo veía cosas raras, malas porque me hacían sentir mal y con miedo, pero tampoco tenía la inquietud de ponerle nombre a lo que pasaba, simplemente, pasaba.

Hoy en día tengo mi propia definición de la mediumnidad, y voy entendiendo que cada vez que realizo mis investigaciones relacionadas a la historia ancestral, tengo más desarrollo de la capacidad y de la claridad de las imágenes.

Me describo como un ser humano que tengo la facilidad de conectarme con la parte invisible y obtener información válida para mi crecimiento personal. También, para favorecer el entrenamiento de los demás médiums a través de mi experiencia y aprender que el conocimiento de otros compañeros puede ser útil también para mi desarrollo. He ido observando como la mediumnidad no se les «otorga» sólo a personas humildes, sino a personas que se llenan de un gran ego y utilizan la percepción para estar por encima de los demás ofreciendo un espectáculo de sensaciones ficticias y necesidades humanas a través de la descripción del sufrimiento de los familiares fallecidos.

Cada médium vive diferentes estados y diferente forma de recibir la información, no es cuestión de corrección, pero si de orientación. Hay médiums que no aceptan que haya nadie como ellos, creyendo que es sólo una virtud que se les ha otorgado para mover grandes masas, como los dioses, e intentan excluir a los que les rodean para obtener protagonismo.

La mediumnidad se desarrolla de forma natural, agilizando los procesos con entrenamientos y sobre todo ordenando toda la información enigmática que recibimos para que nosotros mismos tengamos nuestra propia opinión de los hechos y disfrutemos de los resultados.

 

Cuando era pequeña veía en la tele y escuchaba por la radio a esas personas que se hacían llamar médiums. Siempre tuve un concepto equívoco de lo que era un médium y porque vestían de forma tan peculiar.

 

 

Somos muchos y todos diferentes, porque todos somos seres únicos con un desarrollo importante para la humanidad.

No somos maestros de nadie, y no somos quien para cambiar el mundo. Tampoco somos quien para hacer que cambie tu vida ni los responsables de tus acciones. Yo como médium me limito a transmitir mensajes para que cada uno elija lo que necesita y a transmitir lo que a mi me ha dado resultado.

El humano se agarra con fanatismo a todo aquel que se hace llamar médium y le exige que le cambie la vida y que le lleve al lado de «Dios».

Si quieres dar un buen uso de tu mediumnidad te doy mi opinión. No transmitas sólo desgracias, transmite la felicidad de la vida que tuvieron los difuntos. No te creas superior a nadie, eres igual de humano. No cambies el destino de nadie, sólo enséñale las herramientas que puede utilizar, esa persona ya elegirá. No envidies las capacidades de los demás médiums, ¿no te das cuenta que entre todos podemos formar el puzzle?

 

Mercé Mente Psíquica     

 

Mente psíquica – Estados de consciencia y capacidades psíquicas
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