Zona Levante

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Bienvenidos a un proyecto diseñado exclusivamente para el desarrollo de la mente humana. Mente Psíquica es un proyecto creado para entrenar las habilidades psíquicas, trabajar el crecimiento personal a través de técnicas mentales, vivir experiencias con los estados de consciencia, potenciar la capacidad de crear y proyectar y desarrollar la mediumnidad. El cerebro humano es un templo lleno de incógnitas, sin embargo, ya podemos ir avanzando en métodos para desarrollar la mente y aplicar la técnica no sólo al mundo paranormal, sino al entretenimiento y al desarrollo del cerebro para evitar problemas del sistema nervioso, estrés mental, bloqueos, vicios y enfermedades. Cuando entrenamos con esta “máquina” inteligente, obtenemos resultados sorprendentes como la creación de nuestra propia realidad, el desarrollo de la creatividad, intuición, y relajación. Todas las habilidades psíquicas tienen un contacto directo con la plenitud de nuestra vida, por ejemplo, mientras entrenamos con la capacidad telepática, potenciaremos la empatía, la capacidad de concentración y la gestión de estrés. En el caso de la mediumnidad, después de muchos años de experiencia estudiando las diferentes conexiones y como hay que ordenar la información, hemos podido confirmar que las propias imágenes que vemos o mensajes que obtenemos pueden estar ligados a sistemas de creencias, dogmas y religiones, creando dudas al propio médium y limitando la información con un contacto con el “más allá”. Al entrenar en estado puro esta capacidad, sin cuestionarnos que hay detrás de esta

Esta investigación se desarrolla en la zona del Levante español. 3 niñas aparecen brutalmente asesinadas en una zona de muy difícil acceso.

Nos trasladamos a la zona con el fin de hacer las conexiones pertinentes.

Una vez allí, habiendo dejado las maletas y una vez instalados hicimos nuestra primera conexión: “Para las almas que sufren y piden descanso”. Esta fue la primera petición que nos solicitaron las niñas. La médium Mercé, va conectándose una por una con las niñas, para ver su estado espiritual. Empieza con la primera y nos indica que está en estado de elevación. Continua con la segunda, también en estado de elevación. Y finalmente conecta con la tercera, que nos indica “Acto de sumisión y resignación”.

La primera niña se describe como La fuerza, es uno de los espíritus que más fuerza tiene. La segunda niña se describe como La justicia. Tiene la puerta muy cerca de ella. La tercera niña es la oscuridad, es el mal rollo, está perturbada, está en un estado espiritual bastante negativo (Mercé destaca un dolor en la mandíbula bastante profundo, al igual que en la muñeca izquierda). Se siente culpable de haber sido la que guió al grupo.

“(Z) quedó con alguien en algún punto del camino, un camino en el cual no estaba el lugar tantas veces repetido en las crónicas. El lugar es oscuro, pero se ve por la luz de la luna llena. Huele a húmedo, vamos con ropa de invierno, subiendo por un camino, riéndonos. Hay árboles, (Z) nos dice que vayamos para allá. Nos están esperando. Nos subimos a un coche, ya no nos gusta, alguien me coge del pelo, me tira para atrás, hay alguien detrás. Sentado con nosotras hay alguien, y delante va ella que grita….”.

La segunda conexión que tenemos con las niñas se sitúa en el cementerio de la zona. El cementerio es pequeño. Ellas están enterradas en nichos, curiosamente, los nichos de dos de ellas parece que están juntos, el tercero, está al lado de los dos anteriores: “Ellas dicen gracias, porque tanto dolor, porque nos dolió, yo les contesto con la mente, el dolor es terrenal, ahora no tenéis que tener dolor. Ellas dicen, a veces duele, duele por partes. Llevar la noticia al mundo, que nuestras voces se oigan, llevar el eco de nuestra voz a los que nos conocen, para avivar el recuerdo de lo que aquel día sucedió, que no se olvide nunca a los criminales, para que nuestras familias paren de llorar."

Regresamos a la habitación de hotel con el fin de poner en orden todas las ideas y datos que habíamos obtenido, y con la intención de hacer alguna conexión más.

A continuación, la tercera conexión: “Veo a (X) salir de los arbustos, sonriéndome, sólo la veo a ella de momento, me coge de la mano, corremos como en las películas cuando la gente corre entre los maizales, la luz del sol muy fuerte, ella va primero, me agarra con la mano derecha, y yo estoy detrás, tira de mi porque ella va muy rápido, pero no huye, corre para enseñarme algo, ya estamos llegando, está oscuro, ya me ha soltado.

Las tres estamos asomadas entre los matorrales, que ha dejado una visión libre. Se puede ver una luz, es la luna y se está fresquito. Aunque no vamos muy abrigadas, ellas llevan como un jersey. Me empieza a picar el cuerpo, como nerviosas.

Veo a las tres aunque (Y) y (X) siguen a mi lado, pero es como si viera una película. Veo a (Z) hablando con un chico. (Y) está diciéndole a (Z) algo, están con un poco de vergüenza, pero se ríen las dos. (Z) está de una manera chula, como ligoteando. (X) e (Y) se sorprenden con el carácter de (Z), nunca se ha comportado así. El hombre con el que habla es moreno y al lado está el otro. El otro fuma, las mira, está al lado de un coche de color blanco. El rubio parece más simpático, es macarra, pero es más guapo, va vestido además con una chupa, se saca un cigarro y le ofrece a (Z). Ella dice que no pero (Y) dice que si. No parece que estén nerviosos.

El lugar es como una explanada, un camino de tierra pero no es una montaña. Se ven árboles, está todo muy bien cuidado, no es nada salvaje. El moreno es con el que hay que tener más cuidado, el rubio sabe interpretar muy bien, está acostumbrado a hacer lo que está haciendo. El moreno se sienta en el lado del conductor. El rubio espera para entrar. (X) le dice algo a (Z) en relación a la hora que tienen para llegar a casa. (Z) le calma. (Y) está callada, se retrae un poco. Está sorprendida con todo este movimiento e intuye que las cosas no se están dirigiendo de la manera más correcta. Ella está acostumbrada a ir con hombres de esa edad. Ellas conocen mejor a los hombres. El rubio aparenta menos edad que el moreno por la forma de peinarse. El moreno es más clásico, lleva una cadena en el cuello. Una cadena muy larga. Espera en el volante, está impaciente por arrancar pero no dice nada, tiene paciencia, sigue fumando, apoyando el brazo en la ventanilla que la tiene abierta, mientras espera y mira por el retrovisor superior.

Suben al coche, y en la parte delantera se pone (Y), detrás van (Z) y (X) con el rubio en la parte central. Empieza a conducir. El rubio saca una botella de una bolsa y baja las ventanillas. Se acerca un poco donde está (X), echa el seguro de la puerta, (X) se rie. (Y) mira desde el retrovisor delantero, intuye algo. El rubio en la parte de atrás empieza a beber y a reírse de una manera muy brusca. Hace un poco el tonto y le intenta meter la botella en la boca a (Z). Ella bebe, se le cae un poco de líquido y se rie. (X) empieza a mirarla, ella no quiere beber, aparta la botella, y el rubio le coge del pelo, le da un fuerte tirón y le mete la botella en la boca para que beba. (Y) intenta abrir la puerta, pero el moreno cierra su puerta. El rubio en la parte trasera saca una cuerda y ata a (Y) al cabecero del asiento. (Z) y (X) se lian a golpes con el rubio, para que deje a (Y). El moreno para el coche y amenaza a las chicas de la parte trasera con una pistola para que se callen. Mientras el rubio le pone algo a (Z) en la boca de una manera brusca, un pañuelo. El moreno está apuntando a (X) con la pistola. A (Z) le han tapado la boca y le han atado las manos. (Y) está intentando quitarse las cuerdas pero se ahoga. Una vez que están todas atadas, el moreno arranca de nuevo el coche.

El que conduce llama por teléfono a alguien, parece que ya están llegando. Van por una carretera asfaltada, hay árboles a los lados. El moreno está nervioso, está acelerando el coche. El rubio le dice que pare. Hemos llegado, es una finca, no hay casas alrededor, solamente una casa grande con dos puertas. Alguien abre una de las puertas y entra el coche. Las sacan del coche y las meten por una puerta, lleva una especie de uniforme desabrochado, sin abrochar el cuello, parece que está ansioso. Les tapan los ojos a las niñas con un trapo negro que tienen preparado. Ahora ya encienden las luces. Meten a las niñas en una especie de trastero que está frio. Ellas lloran. El moreno y el rubio ya no están, se van sin decir nada, deprisa, el de la puerta les dio un sobre, se acabó. El que estaba en la puerta les quita la ropa de la parte superior. Ellas no dejan de llorar, (Y)  pide a Dios que acabe todo. Ella sabía desde el principio lo que iba a pasar, es muy intuitiva. Se abre la puerta, cogen a (X) y la suben por la escalera mientras ella intenta darle a patadas a la persona que le coge. Alguien muy fuerte, ella no ve nada. La meten en una habitación….”

Hemos preferido omitir lo que pasó a continuación por respeto. Pero lo que si podemos afirmar, es que el sufrimiento que estas niñas sintieron fue desgarrador.

“...se acabó, uno de los hombres de la camisa le pide a un hombre que lleva una cámara que los enfoque bien. No se si ellas están vivas, no pueden casi respirar. Ellos toman vino, fuman, y firman una hoja. Ya no hay dolor, ya se acabó.“

 

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