Cuando pasé por aquel edificio de apariencia triste y abandonado, observé como en el balcón había algo que me invitaba a conectarme.
Me situé delante de aquel balcón de metal blanco y oxidado, y el espíritu empezó a aparecer poco a poco, como siempre, como un holograma. Mientras iba dejándose ver, una voz irrumpió en la conexión. En otro momento me hubiera sentado bastante mal que me desconectara de la conexión, pero la voz de aquella mujer de ojos de cristal, hizo que la mirara y escuchara aquellas historias que nos llevó a entender los mensajes de los espíritus de la isla.
Aquella mujer sacó un cesto lleno de pulseras de conchas elaborada por ella, esas pulseras eran mágicas, al frotarlas con las conchas de la ermita podías pedir el buen augurio para los estudios y avances en la vida. La mujer misteriosa se quedó con nosotros y empezó a contarnos la historia de la isla, sus secretos ocultos y las bellas experiencias que tuvo elaborando los auténticos jabones de la Toja.
Aguas termales que pasan a los dos hoteles, un balneario cerrado y abandonado con muchos espíritus que aún siguen trabajando sin tener en cuenta el incendio que hizo que cerrara sus puertas.
Esta mujer tan misteriosa que conoce los secretos del lugar y le gusta ver la belleza de los niños, se quedó allí ofreciendo a los turistas sus pulseras mágicas, mientras nos miraba y sonreía, y decía.. Nos veremos de nuevo…
Mente psíquica – Estados de consciencia y capacidades psíquicas
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